domingo, 1 de febrero de 2015

HASTA AQUÍ LLEGÓ MI SILENCIO


Me fui
para adentro

y me busqué
la mirada
en el agua

mi nombre
en el silencio

mi piel
y mi cabello

en la caja
de la luna

Sin nosotros
en el ahora de allá

mi queseyó
chupando tu lengua
vaciando tu boca

Mudé mi voz
hacia lugares más cerrados
donde las caricias
de los pájaros vuelan

ya no cae la tarde
con la lluvia

Busco las palabras
entre los yuyos

resurgiendo en la angustia
en el instante del segundo

en la tacuara astillada
del monte

Noche preñada
y desnuda
hembra dormida
en el pasto

Navego solo
y ausente
en la plegaria
sumergido
en el borde de tus ojos

yendo en la procesión
de remolinos

Tapé a mi sombra
dormida e inocente

Mi boca es el pico
de un tucán

por donde florecen
palabras de jacarandá

Mastico la naranja
de la tarde
y chupo su jugo

Solo estamos
para nosotros
y los otros
que como nosotros
nos muestran
su rostro desnudo

Arranqué la tierra
para buscar el abismo
el paraíso del fondo

La noche me duele
en los ojos
en el silencio
en la sombra
en los zapatos desordenados

la luna me confundió
con alguien y me besó

lentamente los rostros se pierden

A los pies del horizonte
se arrodilla mi cuerpo

Como una víbora eléctrica
mi poema serpentea
los renglones

mi canto de carau
entristece la noche

muerdo las palabras
y sangran

Avá ñeé
que habla y dice
lo que los ojos callan

El espejo me devuelve
el vacío de la sangre
la ansiedad de la raíz
el veneno encendido
en los pensamientos

Transpira la axila
de la tierra
en el norte

Descalzo en la arena
camino hacia la laguna
de mi nombre

Le hice un tajo
a la luna
para que sangre
su leche

mi angustia
mordida por los deintes
de yacarés

La piel busca el agua
igual que el árbol

y luego el alma
queda tirada
como una cáscara
en el suelo

Cuando yo no era
todavía nada
se desató mi lengua
y bebió el agua
del cielo
y enterró su raíz
en la tierra

Pasajero de la noche
sombra de tu sombra

hasta aquí llegó mi silencio

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