viernes, 10 de agosto de 2012

LA INTELIGENCIA DE LA PIEL




Yo te llamo, te llamo desde un pequeño barco
desde un ataúd que flota sobre las aguas del río.
Había enterrado tu imagen bajo la tierra del recuerdo.
Sin embargo en el espacio negro de la inocencia
tus ojos hablaban como unas pequeñas figuras
de color azulado.
La inocencia me había atrapado.
Tenemos que aprender a usar la inteligencia de la piel.
Me habían dicho que soy una serpiente
pero yo no me arrastro.
Un gato azul caminaba sobre los techos metafísicos
del misterio.
Pequeñas calaveras brillaban como diamantes
bajo la mirada de la luna.
Yo buscaba el hueso que me faltaba
para completar mi esqueleto.
Respirar entre la belleza me asfixia y me envenena.
Solo las cenizas de un pájaro habían quedado
como vestigio del vuelo.
No está y sin embargo vino,
vino como un lenguaje que naufraga
porque el salvavidas de la palabra está pinchado.
¿Por qué esta condena a hurgar en el silencio?.
O será una bendición que todavía no comprendo.
Aún si me cortara la lengua mis ojos
seguirían hablando.
Nada puedo hacer si me desplomo, nada.
Por eso construyo los caminos que unen
las ciudades que existen en el país de mi alma.
Algunos te condenan por tener cara de niño.
Otros simplemente por ser un niño.
El amor te inmuniza, es cierto, el amor te inmuniza.
Aunque tu cuerpo vibre y respire
confuso como un fugitivo.
Ya no imitaba los gestos aprendidos
ahora empezaba a crear los míos.
Inventaba nuevas formas para luego caer
hacia el fondo del pozo conocido.
Necesito una mujer con la piel inteligente
porque la verdad a veces estoy harto de la poesía.

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